La primera vez que pisé Nakama, en Chueca, me sentí como en casa. Me enamoré de ese pequeño rincón, tan acogedor y tan lleno de libros elegidos con un gusto impecable, donde lo primero que te apetece al entrar es sentarte a leer y ver pasar a la gente.

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Conocí la existencia de Elena Medel sobre el año 2006, después de la publicación de su poemario Mi primer bikini. Como ya avancé cuando os hablé de Yolanda Castaño, las vi a las dos juntas participando en un programa de televisión de La2 de TVE, donde estaban hablando de su respectiva poesía. Desde entonces empecé a seguir la trayectoria de ambas con más atención.

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