Sentir fuego en las alas destrozadas, llamas embravecidas por el fuelle de la memoria.
Y despertarse en un nuevo mundo como si todo lo anterior fuera un sueño difuso, tan punzante como sobrecogedor. Un mundo abstracto en que las promesas parecen no tener valor.
La vida es una fragua donde Vulcano golpea para sobrevivir.
Pero las fuerzas escasean y Vulcano a veces es más humano que dios.